Sorolla el gran pintor de la luz.: La gitanilla de Sorolla . Copiandola aprendi a ver el color y la luz . Fue un gran estudio.
Se le considera el pintor de la luz. La luminosidad de sus cuadros a
orillas del Mediterráneo le hacen inconfundible. Su gran aliado fue el
color blanco, que destaca en casi toda su obra. Este pigmento lo
conseguía a base de albayalde (carbonato básico de plomo), un compuesto
utilizado asiduamente para la pintura al óleo desde que fue descubierto
en 1774. El pintor valenciano lo empleaba como color o para aclarar
otros tonos, así como parte de la imprimación (preparación del lienzo).
A inicios del siglo XIX, el blanco de cinc empezó a competir con el albayalde, también en la obra sorollesca. Ambos aparecen en Retrato de Louis Comfort Tiffany, El Grutesco, Escaldando la uva o Contadina de Asís, según el estudio La paleta de Sorolla a través de algunas pinturas analizadas de museos y colecciones realizado por David Juanes, del Ivacor, y Marisa Gómez, del Instituto de Patrimonio Histórico Español.
El albayalde o blanco de plomo es el compuesto habitual de las
imprimaciones. En ocasiones, estas preparaciones están levemente
coloreadas con tierras (Ortega y Gasset o Una investigación) o negro carbón para conseguir grises (El Grutesco).
Los autores del estudio creen que Sorolla empleaba en la mayoría de
casos "preparaciones comerciales y sólo en algunos de los bocetos
familiares como el de María enferma, el pintor pudo haber elaborado él
mismo la preparación".
Trazo de las pinceladas
Las muestras recogidas por los expertos (del tamaño de la cabeza de
un alfiler) facilitan una información valiosa. El corte transversal de
estas muestras permite observar el grosor de las pinceladas -en
ocasiones gruesas y otras muy delgadas-, así como la técnica empleada -a
veces separa nítidamente las capas y otras arrastra la pincelada
anterior-.
En apenas un milímetro de muestra se concentra gran información. De
hecho, aparecen hasta media docena de capas de pintura superpuestas con
las que Sorolla creaba el efecto definitivo en sus obras.
Su paleta también era rica en amarillos. Sus preferidos para lograr
las soleadas estampas marineras eran los tonos que salían del cromo y el
cadmio. Empleó ambos a lo largo de su carrera. Y no fue el único. Los
girasoles del cuadro homónimo de Van Gogh también adquirieron esa
tonalidad gracias a los pigmentos de sulfuro de cadmio, que dan lugar a
un amarillo brillante.
Aunque eran sus preferidos, el autor de los lienzos de Visión de España
empleó también el ocre, el amarillo de Nápoles y un pigmento de
naturaleza orgánica. De hecho, utilizaba varios en una misma obra.
El rojo, sin embargo, prefería no mezclarlo. Utilizaba, sobre todo,
el bermellón, que originalmente deriva del mineral cinabrio.
Químicamente, se trata de sulfuro de mercurio y, por tanto, tóxico. El
bermellón se encuentra en Clotilde leyendo, Playa de Valencia a la luz de la mañana o Mrs. Ira Nelson Morris and her children. En menor medida usó también laca roja (Trata de blancas) o rojo de cadmio (El doctor Simarro).
Los marinos y los celestes los construye a partir de azul cobalto (Trata de blancas, Rocas del cabo de Jávea) y ultramar artificial (Joaquín y su perro y, probablemente, Retrato de Louis Comfort Tiffany). Al igual que sucede con el rojo, raramente emplea dos compuestos diferentes en un mismo cuadro.
En las obras analizadas para elaborar el informe al que ha tenido
acceso LAS PROVINCIAS había pocas zonas con tonalidad naranja. No
obstante, se piensa que Sorolla empleaba minio (óxido de plomo de color
anaranjado o rojo) o un colorante orgánico mezclado con albayalde y
anaranjados de cromo y de cadmio. Esta pequeña laguna en la paleta del
pintor pretende subsanarse con el análisis de 16 obras propiedad de la
Hispanic Society, de las que se publicará un informe dentro de al menos
dos años.
Para obtener verdes, el pintor recurre al verde viridiana (Trata de blancas o Joaquín y su perro) y el verde de París (María en el Pardo).
En cuanto a los pardos, Sorolla empleaba pigmentos basados en un
compuesto de hierro (tierras) en su paleta. En ocasiones los modificaba
añadiendo otros, por ejemplo bermellón (Los pimientos) o un compuesto de cobre (Niños en la playa).
Los violetas surgían del manganeso y del azul cobalto mezclado con
un pigmento rojo orgánico y albayalde. En cuanto a los negros, utilizó
negro de huesos (Trata de blancas) y negro de carbón (Clotilde leyendo) de forma indistinta.
Adjunto web del museo Sorolla de Madrid :